Algunos Vacíos

Aún extraño esa mañana en que desperté con una sonrisa, con el éxtasis de saber que no amaba, que de repente mis sentimientos se habían esfumado. Fue tal placer, inmenso que me dejé ir. En mi boca no había sabor ni parecido a sus palabras, en mis ojos el vacío de su lugar se podía mirar perfecto. Suena ilógico pero tan simple que no podía expresar lo que una noche antes fluía por mi pensamiento tan clavado y rasgando mi alma. No sé cómo ha pasado, ni qué estoy pensando… se desvaneció. Lo que un día sentí tan victoriosa, al siguiente se esfumó. Y sí, añoro cuando por unos días ese vacío prevaleció.

Un vacío placentero. Pero de ese placer que embelesa, que te pierde y nadie te importa, que gozas de lujuria y pecados, que te afanas del libertinaje. De ese placer que te roba el aliento y los ojos pertenecen a cuantos has visto, deseas robar sabores y colores, entonces nada de eso se aferra a tu pecho con espinas, solo diversiones del momento.

Y este placer pasajero del vacío, de un hueco innecesario de tapar, de cubrir, de llenar, sonrisas malvadas y manos frías se me volvió la rutina de unos días, unos días eternos, en los que alcancé la vida con la muerte, alcancé un vacío perfecto, un egoísmo admirable. Solo me sumía en ese momento, me hundía cada vez más en ese agujero del Infierno… hasta tocar fondo.

Final.

El final del vacío… lo encontré cuando toqué a ciegas su recuerdo, aún latía su corazón, le devolvió al mío lo que la inconsciencia le robó.

Entonces añoré lo que unos instantes viví, una perdición, sin tiempo, sin pesares, sin lágrimas. Y sí, añoro cuando por unos días ese vacío prevaleció.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Web construida con WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: