Promesa de Ayer

Apenas era una dulce joven, tan delicada esa doncella
que desde hace tiempo ya vacía vivía en sincera soledad
recuerda su fidelidad, pues su caballero dijo volver por ella
y sabe muy bien que esa promesa muy pronto sería verdad.

La última noche tormentosa y lúgubre difícil de dormir
cuando apenas conciliaba el sueño un trueno escuchó
el aire refrescó su rostro y su cuerpo, frío comenzó a sentir
ruidosas se azotaron las ventanas y su puerta con llave cerró.

Una silueta masculina tan peculiar se observó en la oscuridad
un sutil aroma a rosas se comenzó a percibir en la habitación
se encendió la ilusión y las promesas se hicieron realidad
el caballero de traje negro, envuelto en sangre aquel bello corazón.

Parecía imposible de creer la belleza y así no pudo entender
porque estaba tan triste y en esa situación tan dolorosa
ya estaba muerto en los sueños mas algo estaba aun sin saber
por promesa esa sangre ajena lo hizo vivir y consigo una rosa.

Aquella sangre le prometió vida eterna sin volver pecar
pues el precio pagado ser sirviente del aclamado demonio
aquella sangre le prometió vivir eterno sin el dolor de llorar
pues volvería a verla, amarla y olvidarse del purgatorio.

Ella jubilosa se abalanzó a sus brazos tan muertos y fríos
acarició cada trazo y línea del rostro con bello color pálido
él lujurioso y sediento: haré esos labios suaves tuyos, míos,
y su cuerpo olvidado retornó al sentir vivo, humano y cálido.

Se entregaron todo el amor muerto desde hace un año
se tuvieron compasión, ternura y tanta confidencia surgió
pero él aún así parecía tener escondido un motivo extraño
y ella aceptando el silencio, el joven su sangre fresca probó.

El vampiro le regaló la vida eterna a la mujer tan querida
ella aceptó ser maldita siempre por el puro amor que sentía
en su alma quedó marcada y aún abierta una amarga herida
que a pesar del amor eterno, un dolor profundo habría.