Cuéntame de un amor dulce o agrío,
tal vez un viento que no es ordinario,
o aquel suspiro que lleva el aroma,
como el aroma de tu dulce y fría boca.
Que no sé cuándo ni cómo anochecerá
ni mucho menos que tienes en manos,
háblame, dime que sin mí no dormirás
porque velarás mi sueño tan escaso.
Protege con tu corazón a esta semilla,
que apenas va creciendo su débil tallo,
acompáñala en tu pecho de blanda arcilla,
y no me permitas creer en el llanto.
Cuéntame de un amor insípido o picoso,
que tiene alas grises de un cielo nocturno,
que tiene entre plumas a tus ojos hermosos,
y la ternura sublime de tu odio absurdo.
Ven conmigo en esta mañana suculenta
acércate a mis brazos de hierro perpetuo
no digas que de soledad estoy exenta
porque moriría si en la noche no te tengo.
Deja una respuesta