«Déjame saltar directo hacia mi sueño, déjame caer tan fuerte que toque la muerte, siento como quema este fuego mi pecho y a tu lado todo va muy diferente…»
Mujer, abre los ojos. ¡Mira! Es él… te miente y es como si cada mentira te enamorara. Mírame a mí, sentado y arrinconado sin más que decir. Tan silencioso y sin libertad, porque voy arrastrado por tus cadenas implacables, por tus besos incurables y tan profundos como tus ojos. Abrázame y hazme realidad. Él no lo es y bien lo has probado.
¡¿Acaso estas ciega?!
Lo sé, el amor es una ceguera total. Ya me doy cuenta cuando solo la voy amando, y sí, los dos muy enamorados, ella de la mentira y yo de ella, un sueño inalcanzable.
Tócame mujer, solo por última vez y entonces déjame morir a tu lado. Permíteme saltar a tu lado, llevarte de la mano y rozar tus labios con la muerte. Anda… sé libre de su engaño.
¡Sé libre!
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