Desviada

Tengo la pequeña obsesión, aquella enfermiza que oscurece la mente, que cierra tu garganta. No me mires por favor, prefiero observarte desde cualquier rincón que tus ojos no distingan, desde la habitación con luz apagada, mirando a través de mis cortinas.

Una pequeña y enfermiza obsesión que no cicatriza. Y puedo verte en todos lados, y puedo oler tu ropa desde atrás. No busco nada, no busco nada, solo mirarte sin mirar. Solo seguirte sin pensar, solo darle cuerda a mi locura. Darle locura a mi tempestad.

Una noche más y entonces esto se habrá vuelto mi tortura.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Web construida con WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: