«Voy a darte mi cuerpo, en pacto con mi libertad.»
Nada cambia mi elección; disfrutar mi naturaleza, esa ligera obsesión por el placer carnal que veré crecer. Y nada más. Sin besos, sin una caricia tierna que encienda el corazón, solo rellenar mis vacíos y el tiempo con tu lujuria.
Doblar mis prendas al pie de tu cama y hacerme dueña temporal de las sábanas, de las almohadas, de tu piel y tu total desnudez; sé que lo deseas tanto como para romper tus reglas, para hundirte y sentenciarte al engaño.
Pero seremos tú y yo, en el justo momento. Encerrados. En secreto. Por tiempo limitado, no tres, solo dos.
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