Tú sufres por él.
Estoy un poco consternada, desesperada, agobiada, sin salida. Has estado en mis sueños desde hace muchos días, por no querer decirle semanas. ¿Por qué continúas apareciendo? Me dueles demasiado, me cuestas lágrimas e insomnio.
«Te odio solo un poco por haberte llevado el secreto de mis omóplatos entre los labios y no volver»
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