Y yo estaba escondida bajo el escritorio, haciendo travesuras hasta que golpeé mi cabeza contra la orilla y le miré, un perfil que me derretía enmarcado por su cabello largo y castaño claro.
— Auh… Jaja.
Soltó una risa al oírme sin quitar los ojos de la pantalla, eran cerca de las 11 am y él debía entregar un avance de proyecto, él intentaba concentrarse para programar y yo no lo permitía.
— Ten más cuidado…
Sus palabras se perdieron en mi inocencia.
Fue la tortura más larga y deliciosa que pude provocarle durante una hora con ocho minutos, y yo sonreía, y él suspiraba desesperado.
Te quería haber enviado un privado por Twitter, pero la opción está desactivada. Para darte enlace a la foto que te decía. La de los mordiscos que parecen nebulosas. Por no dejarla en abierto. Al margen de que esté o no, subida a algún sitio, me parece más respetuoso con la propia foto.
Interesante y divertido relato, por cierto. A ver si saco tiempo para descubrir más de las cosas que tienes por aquí. Un verdadero placer y cuídate mucho. =)
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lo volviste a ver? ay, muchacha u.u Suerte!
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Delicioso
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