Cuatro de febrero del veinte catorce.
Mil ochocientos sesenta y seis días en donde mi vida se tejió con la tuya y hoy queda el último hilo, ese que nunca se rompió porque siempre te encuentro en mis recuerdos.
Cuatro de febrero del veinte veinte:
… Y continúo actuando mi guion favorito, ese donde me rechazan, que seguro te burlarías al saberlo, sonriendo dirías que debí quedarme dónde tú, a mitad de nuestro monótono infierno.
El infierno en donde me amabas.
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