Él, demonio que no estaba satisfecho con poseer un cuerpo humano ni con disfrutar los placeres que este le brindaban.
Se encontraba fastidiado de peticiones vacías de las personas cuando les ofrecían un simple deseo a cumplir a cambio de su alma, uno que les podría llevar a entender su existencia y morir dignamente por una felicidad constante a corto plazo, pero en cambio elegían poder, reconocimiento, belleza, dinero entre otros, que le parecían fugaces y se complicaban aún más la vida.
Comenzaba a pensar que los humanos era una imitación barata de Dios buscando omnipotencia temporal y sobresalir ante los de su especie por simple ego. ¿Era realmente que los había creado a su semejanza?
Pero se encontró en su camino a una mujer que no parecía desear cosas tan similares al resto de personas, y la quiso, la eligió para su entretenimiento sin importar consecuencias.

(Retrato de «V», en mis sueños es Ayari.)
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