La forma dulce del karma

Pensé en ti toda la semana después de ver tus fotos, tu sonrisa, tu cabello en cada sitio que estabas visitando… Así que apreté el botón «Unfollow» para no ver más.

Y hoy, después de recordar nuestros viajes e imaginar que yo pude haber estado en tus recientes fotografías, me di cuenta de que tal vez aquella mala acción que cometí a mis veintidós años (cuando aún no te conocía) no regresó dañando a mi vida en la misma línea del acto, sino que fue peor.

Yo creí que el karma se tomaría la molestia de arruinar mi vida amorosa, de un engaño, de ilusionarme con cualquier cabrón, pero no fue de ese modo: me colocó en un escenario en el que yo podía elegir si equivocarme o ignorar para conservarte.

Intenté ignorar, sin embargo es como si el karma me hubiera susurrado al oído en su voz más dulce las palabras «Arruina todo, estás tan lastimada que no te debe importar dañar a los demás, se egoísta, repite el error de los veintidós. Solo importas tú».

¿Cuál fue el tipo de pago que di al karma? Nuestra amistad.

Pagué con algo que podía durar hasta mi muerte o la tuya, se fue la oportunidad de viajar juntas y darnos palabras de ánimo para sonreír por una decepción amorosa. Pagué con algo muy caro.

El karma se cobró permitiéndome una mala elección otra vez, una en la que te perdí.

Te extraño demasiado, pero no te buscaré, no quiero arruinarte y no te merezco más; de corazón espero no te hayas preocupado por mí, te prometo que podré recordarnos bonito, con la misma sonrisa que tuvimos mientras bebíamos té de coca para calmar el frío allá de camino a la Vinicunca hermosa.

Tuve a una de las mejores amigas, de eso siempre estaré agradecida.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Web construida con WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: