¿Acaso existe una persona que elegiría quedarse a su lado incondicionalmente después de que le compartiera todo lo que sucedió en su oscuro pasado y, del cual depende el acto que está a punto de cometer?
¿Abriría su piel para permitirle ver a ese ser que le es tan especial, el monstruo que fue y, tal vez aún lo es?
¿Esa persona le creería que nunca le va a dañar después de saber lo cruel que llegó a ser?…
Bien, déjeme reírme en su cara y decirle que es una simple ilusión.
La ingenua Eri
O al menos eso quise decirle, pero el cachorro con ojos tristes buscando refugio al verme se abalanzó enseguida y me abrazó, ya lo había encontrado conmigo. Durante esa muestra de su cariño mis pensamientos divagaron.
¿Podría tener yo ese sentimiento incondicional por este hombre? No sé porque me lo pregunto, tampoco sé el motivo del pensamiento cruel que tuve en cuanto lo vi atravesando la puerta del apartamento…
Debería aceptar mi propia situación: ya le había dado un espacio pequeño en mi pecho hace poco y no tardó en hacerse de todo el sitio para él solo; yo estaría dispuesta a curarlo sin tomar importancia de los daños colaterales que pudiera causar en mí, mas no iba a decírselo ahora.
Él tenía tantos secretos y así se atrevió a mencionar la confianza y la lealtad… ¿Debería preocuparme porque él no compartía muchas cosas conmigo? Se guardaba ese pasado, sin embargo yo deseaba ser una simple sonrisa cálida para quitar la tristeza que siempre cargaba tras su espalda. Dazai-san no me abandonaría ¿Verdad?
Sentí su rostro escondido entre mi cuello, acaricié su cabello castaño y besé su sien, él estaba buscando un descanso y yo sería ese muelle al que puede llegar cada vez que le plazca, cada vez que necesite paz.
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