Rechazo imaginario (Borrador de vida)

La pequeña mujer era sociable, pero eso no significaba que le gustara el contacto físico con las personas que le rodeaban, entre más lejos mejor para ella; negaba los abrazos, los besos en la mejilla, los apretones de mano o una que otra travesura que envolviera a sus costillas.

Así que cuando alguien tomaba sus manos, el rostro incómodo y sonrojado se mostraba en primera instancia, después sonreía tan cálida para disimular y no lastimar a la otra persona con algún comentario malo… Ella prefería sacrificarse a incomodar a su igual.

Ese fue el inicio de su problema al toparse con un hombre bastante astuto… Al que siendo ella ingenua, quiso entregarle todo; para ella dejarle poseer su cuerpo era demostrarle amor, devoción, lealtad, respeto, y todas esas palabras buenas de una relación.

Pero existía un detalle, pues en ocasiones el hombre no la deseaba, o esa era la idea que ella tenía en su cabeza y desataba la inseguridad sintiéndose rechazada.

¿Por qué había días en que parecía enaltecer su entrega y otros en los que un beso lo era todo?

Rechazo, se dijo a si misma. No eres especial, hizo eco en su pecho.

Ella planeaba huir, no sabía qué más hacer.

«Detente, por favor.

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