My love and his mistresses

Él ama a todas y a ninguna a la vez, excepto a mí que existo en un universo paralelo.

Soy la emperatriz y entre sus amantes voy soltando tristeza, les besa como a mí y les habla en tono dulce también.

He de hallar la diferencia, el amor que profesa por mí difiere de aquel que ofrece a sus amantes.

Ha susurrado a mi oído que soy especial, un amor genuino.

Me puse de pie en medio de la habitación, miré alrededor con detenimiento esperando encontrar una razón para no caer en dudas, pero lo único que caían eran las lágrimas de mis ojos.

Una a una resbalando por mis mejillas hasta provocar un sonido muerto al contacto con el suelo. Ahí estaban todas las dudas concentrándose en el charco salado bajo mis zapatos, un charco en el que me ahogo triste.

¿Debería seguir mirando?…

Duele, mucho.

Quisiera creer que soy especial, que vio algo bueno en mí como para no ser abandonada por enésima vez aún si va por el mundo repartiendo un poco de amor, amor que se supone debería ser para mí.

«Pero el amor especial si es para mí, ha dicho. Aquel donde soy el centro de atención, la emperatriz, oficial acreedora de su corazón».

Hay tantas emociones atoradas en mi pecho, que prefiero retenerlas, las olvido así durante un rato y si vuelven, otra vez me encierro hasta que desaparecen y existe la paz en mi cabeza.

Mi amor y sus amantes, somos uno solo de entre tantos.


De lo arriba escrito, no hay orden ni sentido, pero si aquel dolor que carga la pobre Eri. Se esfuerza por soportar y diferenciar. Por ser feliz.

Eri Asai está mintiendo.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Web construida con WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: