Sé que puedes ver claramente cómo estos hilos me sofocan, pequeña Elizabeth III.
Un caos que he preferido ir escondiendo y arrastrando, evitar mirarlo para saber que existe, pero en ocasiones se vuelve pesado haciéndose notar…
Hoy no tengo la energía de desenredar las hebras nuevas que aquella persona ha vuelto a causar en mí, ni siquiera deseo intentarlo con las antiguas.
¿Lo entiendes, Elizabeth III?
Dime que lo haces, tus ojos me miran fijamente y sé que puedes atisbar el dédalo de incertidumbres que acongojan mi pensamiento.
Si tan solo aquella persona se detuviera a escuchar las inseguridades que me rodean…
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