¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que logró encontrarse con su antiguo amigo?
El pelinegro vivía en las sombras y no importando los contactos que tuviera, no había conseguido hablarle desde…
Un suspiro pesado se le ha escapado, no había conseguido hablarle desde…
Aquella ocasión que no terminó para nada bien, entre palabras hirientes y golpes que dejaron a Draken sobre el suelo cerca de un puente en el que rara vez transitaba la gente. El chico con tatuaje de dragón no logró adjudicarse la victoria ante el más bajo aunque éste tampoco se fue limpió. En soledad miraba el cielo oscureciéndose y tosía sangre constantemente; fue triste no haberle podido dar a su amigo de la infancia la dicha de una derrota aunque fuese una sola vez en la vida, tal vez así apreciaría la simple existencia.
Justo ahora se encontraba caminando a una bodega abandonada, las escenas del pasado se arremolinaron en sus pensamientos, Ryuguji todavía no entendía porqué durante la última pelea no le mató. Habría sido más fácil deshacerse de quienes le resultaban una piedra en el zapato.
¿Entonces aún guardaba un haz de luz en el corazón? ¿Humanidad en algún rincón de la cabeza? ¿Recuerdos fugaces de quien era y la promesa de proteger a los suyos? Se siente torpe al considerar esas ideas, pero su fe será lo último en romperse, él pasaría toda la vida intentando recuperar a Mikey.
…
Puede vislumbrar la pequeña figura de Manjiro cerca de las ventanas, con la mirada baja y silencioso a pesar de ya haber escuchado las pisadas con eco del joven alto.
El arma, observó cómo los dedos se aferran de manera descuidada.
Draken ha sonreído con melancolía en la comisura de sus labios mientras avanza, todo pinta terrible, pero continuará porque resignarse no ha sido opción. En el presente no tiene más que perder, excepto a ese que porta el objeto que posiblemente le arrebate el aliento a alguno de los dos.
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