Predicciones del Caos I

Fue divertido toparle en mi camino.

De lo más ligero poder compartir tonterías que no tenían que ver con el desorden detrás de mi vida. Y entre risas y palabrerías idiotas una de sus frases quedó grabada en mi cabeza como un chiste por lo que estábamos a punto de inventar, como si no fuera posible que él permitiera que eso pasara realmente.

Aún no te destrozo la estabilidad emocional, cuando lo haga me bloqueas.

Caos

De un juego pasó a ser tan real que siento como se hacen más grietas en mi pecho mientras intento contener las lágrimas abrazándome a mí misma.

Hacía tanto tiempo que no sentía la desesperación por recuperar mi cordura, por no arrastrar mi cuerpo a la cama y hundir el rostro en la almohada hasta que los sollozos paren, por detener la sensación del alma rota, por ya no detestar mi existencia, por dejar de lastimar a otros…

Mis memorias están presentes, comparándose unas a otras y me doy cuenta de que no había llorado tantos días seguidos, tantas veces al día, tantas horas. El cuerpo está drenando la tristeza, pero simplemente ésta no para de crecer y aprisionarme el corazón.

Convertirle en el centro de mi universo olvidándome de hermosas galaxias.

Probablemente la vida si cobra cuentas pendientes, no lo hace enseguida, lo hace cuando más dolerá e iguala el pesar que uno inflige en otros.

Apuesto la mía a que estoy perdiendo a mis personas favoritas en el mismo instante en que creí era feliz después de tanto, por haber hecho de Sofía un mar de lágrimas todos los días durante seis años…

Se siente extraño escribir su nombre sin siquiera haberla conocido. Sí, seis putos años.

Esos mismos en que fui un desastre arrastrando y maltratando a quien se atravesara frente a mí, pero ella, ella no se quitaba. Era una masoquista, tan igual a mí, torturadas por el mismo imbécil.