Tuve la oportunidad de tenerlo frente a mí otra vez.
Lucía más delgado y sus ojos habían dejado de brillar, se clavaron en mí como dos esferas vacías y a la vez repletas de oscuridad. Su piel más pálida y las cicatrices… Pude descubrir que las de sus brazos eran recientes y no tuve duda que debían estar acumulándose otras más bajo sus ropas.
Quise evitar tocarlo, pero fue imposible. Sostener sus muñecas ligeras, sé que quiso negarse a eso mas lo olvidó porque pude notarlo un poco débil.
Tal vez aquello realmente lo molestó, tal vez, porque su cabeza es un lugar en el que ya no puedo entrar.
Él no se tentó el corazón al hablar conmigo esa noche; en realidad comencé a dudar de que Mikey alguna vez hubiese tenido uno, y es que mis recuerdos se están desvaneciendo conforme paso los años lejos de él. Son memorias que se tornaron borrosas hace poco y ya no logro identificar la sonrisa suave que tanto adoré, por eso guardé las fotografías como si fueran el tesoro más valioso en mi vida.
Saber que en el tiempo existimos y fuimos lo que siempre quisimos.
«Sino te aferraras a mí, tal vez habrías sido más feliz con otra persona. ¿No lo crees? Amarme no permite que te ames, Ken-Chin. Mírate… Aquí estás otra vez siendo un imbécil. Desperdicias tu energía en algo que no sucederá. Gastas tu tiempo intentado encontrarme. ¿Para qué? Lágarte antes de que se agote mi paciencia.»
Y eso dolió como la mierda, pero no era la primera ni la última vez que su boca escupía veneno, que afilaba sus palabras y las deslizaba sobre mis sentimientos intentando romperme de nuevo.
¿Cuánto tiempo más pasaría para reunirme con él después de esto?
Lo intenté antes de ser rechazado por completo.
¡Vaya que lo intenté!.. Solo para verle marchar con mi corazón en sus manos; destruir lo que tuvimos era su única salida para obligarme a soltar.
Él decidió no merecer mi amor.
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Inspirado en la canción «Ghost Town» de Benson Boone.
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