La sonrisa descompuesta que Manjiro ha regalado para el gemelo dragón no se asemeja a aquella que guarda en sus recuerdos de cuando adolescentes.
Le parece retorcida y con un trasfondo que no entiende, como si algo ahí se estuviera tejiendo.
Siente pesar y profunda tristeza ante la mirada vacía, ahora resulta un desconocido al que todavía ama, mas el respeto y admiración desaparecieron cuando las manos del otro se mancharon de sangre inocente.
¿Acaso todavía planea salvarlo y ofrecerle una vida pacífica?
Se pregunta si amarlo por sobre todas las cosas y actos maquiavélicos, es propio de su corazón, ese que alguna vez enseñó a su amigo sobre el amor en su forma dulce.
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