He revisado mi libreta sobre el alma y sus dolencias;
taché las cosas que ya no saldrán de mi boca, cosas que tragaré y sentiré como se instalan en mis músculos una a una, donde antes de creer que podía mostrarlas, vivían.
Con el tiempo, el cuerpo pesará, todo eso pesará un poco más, la costumbre.
Me miro, sé que más adelante podré abrirla y leerla otra vez, probablemente cuando hayan terminado y la tormenta en mis ojos desaparezca.
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